¡Prepárese para una buena confesión!
Examen de conciencia para adultos
de volverme santo. Jesucristo, a través del ministerio de Sus sacerdotes, hace
ambas cosas en el Sacramento de la Penitencia.
“Así como el Padre Me envió, también Yo os envío…Recibid el Espíritu Santo. A
quien le perdonareis los pecados, les serán perdonados, a quién se los retuviereis
les serán retenidos.” (Juan 20, 21-23)
“Aunque tus pecados sean como escarlata, quedarán blancos como la nieve.”
(Isaías 1, 18)
“No vine a llamar a los justos, sino a los pecadores.” (Mateo 9, 13)
“Los hombres reciben de Dios un poder que no fue dado a los ángeles ni a los
arcángeles. Nunca fue dicho a los espíritus celestes, “lo que atareis o desatareis en
la tierra será atado o desatado en el Cielo.” Los príncipes de este mundo solo
pueden atar y desatar el cuerpo, el poder del Sacerdote va más allá, alcanza el alma
y se ejerce no solo al bautizar, pero aún más en perdonar los pecados. No lo
olvidemos pues, al confesar nuestras faltas. Quien se avergüenza de revelar sus
pecados a un hombre y no los confiesa, será avergonzado en el Día del Juicio en la
presencia de todo el Universo.” (San Juan Crisóstomo, Tratado sobre los sacerdotes,
Lib.3)
Oración para antes de la Confesión:
Señor, iluminadme para verme a mí mismo tal como Vos me veis y dadme la gracia
de arrepentirme, verdadera y efectivamente de mis pecados. Oh Virgen Santísima
ayudadme a hacer una buena confesión.
Cómo confesarse:
Antes de más, examine bien su conciencia. En seguida, diga al sacerdote qué
pecados específicos cometió y con la mayor exactitud posible, cuantas veces los
cometió desde la última buena confesión. Solo es obligado confesar los pecados
mortales, visto que puede obtener el perdón de sus pecados veniales a través de
sacrificios y obras de caridad. Si tuviera duda de si un pecado es mortal o venial,
mencione al confesor la duda. Recuérdese también de que la confesión de pecados
veniales, ayuda mucho a evitar el pecado y avanzar en dirección al Cielo.
Condiciones necesarias para un pecado mortal:
1. Materia grave.
2. Reflexión suficiente.
3. Pleno consentimiento de la voluntad.
Consideraciones preliminares:
1. ¿Alguna vez dejé de confesar un pecado grave o conscientemente disfracé o
escondí el tal pecado?
Nota: Esconder deliberadamente un pecado mortal, invalida la confesión y es
igualmente pecado mortal. Recuérdese que la confesión es privada y sujeta a
Sigilo Sacramental, lo que quiere decir es pecado mortal que un sacerdote
revele a quien quiera que sea, la materia de una confesión y si, cualquier
sacerdote hiciere esto, este delito es castigado por la Iglesia, con la
excomunión de este sacerdote.
2. ¿Alguna vez fui irreverente con este Sacramento, no examinando mi
conciencia con el debido cuidado?
3. ¿Alguna vez dejé de cumplir la penitencia que el sacerdote me impuso?
4. ¿Tengo cualesquiera hábitos de pecado grave que deba confesar pronto en el
inicio (por ejemplo impureza, alcoholismo, etc.)?
PRIMER MANDAMIENTO:
Yo soy el Señor tu Dios. No tendrás dioses extraños delante de Mí. (Incluyendo
pecados contra la Fe, Esperanza y Caridad)
1.¿Descuidé el conocimiento de mi fe, tal como el Catecismo lo enseña, tal
como el Credo de los Apóstoles, los Diez Mandamientos, los Siete
Sacramentos, el Padre Nuestro, etc.?
2. ¿Alguna vez dudé deliberadamente de alguna enseñanza de la Iglesia, o lo
negué?
3. ¿Tomé parte en un acto de culto no católico?
4. ¿Soy miembro de alguna organización religiosa no católica, de alguna
sociedad secreta o grupo anti-católico?
5. ¿Alguna vez leí, con conciencia de lo que hacía, alguna literatura herética,
blasfema o anti-católica?
6. ¿Practiqué alguna superstición (tales como horóscopos, adivinación, tabla
Ouija, espiritismo, magia blanca, magia negra, candomblé, umbanda,
vodoo,…etc.?
7. ¿Omití algún deber o práctica religiosa por respeto humano?
8. ¿Me encomiendo a Dios diariamente?
9. ¿He rezado fielmente mis oraciones diarias?
10. ¿Abusé de los Sacramentos de alguna manera? ¿Los recibí con
irreverencia, como, por ejemplo, la comunión en la mano sin obedecer los
principios y las siete reglas promulgadas por el Papa Pablo VI, como siendo
obligatorias en este caso?
11. ¿Cambié a Dios, a Nuestra Señora, a los Santos, a la Iglesia, a los
Sacramentos o a cualquier cosa santa?
12. ¿Fui culpado de gran irreverencia a la Iglesia, como, por ejemplo, en
conversaciones, comportamiento o el modo como estaba vestido?
13. ¿Fui indiferente en cuanto a Mi fe católica, creyendo que una persona
puede salvarse en cualquier religión o que todas las religiones son iguales?
14. ¿Presumí en cualquier momento, que tenía garantizada la misericordia de
Dios?
15. ¿Desesperé de la misericordia de Dios?
16. ¿Detesté a Dios?
17. ¿Di demasiada importancia a alguna creatura, actividad, objeto u opinión?
SEGUNDO MANDAMIENTO:
No tomarás el Nombre del Señor tu Dios en vano.
1. ¿Juré en el nombre de Dios, falsamente, impensadamente o en asuntos
triviales o sin importancia?
2. ¿Murmuré o me quejé en contra de Dios (blasfemia)?
3. ¿Me maldije a mi mismo o a otra persona o creatura?
4. ¿Provoqué a alguien a ira, para hacer maldecir o blasfemar a Dios?
5. ¿Quebré una promesa hecha a Dios?
TERCER MANDAMIENTO:
Recuerda santificar el Día Domingo
1. ¿Falté a misa en domingo o día de guardar?
2. ¿Llegué atrasado a misa en domingo o día de guardar o salí más
temprano por mi culpa?
3. ¿Hice que otras personas faltaran a misa en domingo o día de guardar o
que salieran más temprano o llegaran más tarde?
4. ¿Estuve distraído a propósito durante la misa?
5. ¿Hice o mandé hacer trabajo servil innecesario en domingo o día de
guardar?
6. ¿Compré o vendí cosas sin necesidad en domingo o día de guardar?
CUARTO MANDAMIENTO:
Honra a tu padre y a tu madre
1. ¿Desobedecí a mis padres, les falté al respeto, me descuidé en ayudarles
en sus necesidades o en la compilación de su testamento o me rehusé a
hacerlo?
2. ¿Mostré irreverencia en relación a personas en posición de autoridad?
3. ¿Insulté o dije mal de los sacerdotes o de otras personas consagradas a
Dios?
4. ¿Tuve menos reverencia para personas de edad?
5. ¿Traté mal a mi esposa o a mis hijos?
6. ¿Fui desobediente a mi marido o le falté al respeto?
7. Sobre mis hijos:
¿Descuidé sus necesidades materiales?
¿No traté de hacerles bautizar temprano? *
¿Descuidé su educación religiosa correcta?
¿Permití que ellos descuidaran sus deberes religiosos?
¿Consentí que se encontraran o enamoraran sin haber hipótesis de
celebrar matrimonio en el futuro próximo? (San Alfonso propone un año en
lo máximo)
¿Dejé de vigilar las compañías en que andan?
¿Dejé de disciplinarles cuando es necesario?
¿Les di mal ejemplo?
¿Les escandalicé discutiendo con mi cónyuge en frente de ellos?
¿Les escandalicé diciendo imprecaciones y obscenidades en frente de
ellos?
¿Guardé la modestia en mi casa?
¿Les permití que usaran ropa inmodesta (minifaldas, pantalones
ajustados, vestidos o camisetas ajustados, blusas transparentes,
pantalones cortos muy cortos, trajes de baño muy reveladores, etc.)?
¿Les negué la posibilidad de casarse o de seguir una vocación religiosa?
*Un niño debe ser bautizado cerca de una semana o diez días después de su
nacimiento.
QUINTO MANDAMIENTO:
No matarás
1. ¿Busqué, deseé o apresuré la muerte o el herimiento de alguien?
2. ¿Alimenté odio contra alguien?
3. ¿Oprimí a alguien?
4. ¿Deseé vengarme?
5. ¿Provoqué enemistad entre otras personas?
6. ¿Discutí o luché contra alguien?
7. ¿Deseé mal a alguien?
8. ¿Quise herir o matar a alguien o intenté hacerlo?
9. ¿Me rehúso a hablar con alguien o tengo resentimiento con alguien?
10. ¿Me alegré de la desgracia ajena?
11. ¿Tuve celos o envidia de alguien?
12. ¿Hice o intenté hacer un aborto o aconsejé a alguien que lo hiciera?
13. ¿Estoy usando el DIU (dispositivo intrauterino) o píldoras del día
siguiente? (practicar el sexo con DIU o píldoras del día siguiente ES
ABORTO!!! Si la mujer quedó embarazada)
14. ¿Mutilé el cuerpo innecesariamente de alguna manera?
15. ¿Consentí pensamientos de suicidio, deseé o intenté suicidarme?
16. ¿Me embriagué o use drogas ilícitas?
17. ¿Comí demás o no como lo suficiente por descuido?
18. ¿Dejé de corregir a alguien dentro de las normas de la caridad?
19. ¿Causé daño al alma de alguien, especialmente niños, dando
escándalo a través del mal ejemplo?
20. ¿Hice mal a mi alma, exponiéndola intencionalmente y sin necesidad
a tentaciones, como programas de TV, música reproblable, playas,
etc.?
SEXTO Y NOVENO MANDAMIENTOS:
No cometerás adulterio
No codiciarás a la mujer (hombre) del prójimo
1. ¿Negué a mi cónyuge sus derechos matrimoniales?
2. ¿Practiqué el control de la natalidad (con píldoras, dispositivos,
interrupción)?
3. Abusé de mis derechos matrimoniales de algún otro modo?
4. ¿Cometí adulterio o fornicación (sexo antes del casamiento)?
5. ¿Cometí algún pecado impuro contra la naturaleza (homosexualidad,
lesbianismo, etc.)?
6. Toqué o abracé a otra persona de forma impura?
7. ¿Intercambié besos prolongados o apasionados?
8. ¿Practique el intercambio prolongado de caricias?
9. ¿Pequé impuramente contra mí mismo (masturbación)?
10. ¿Consentí en pensamientos impuros o tuve placer en ellos?
11. ¿Consentí en deseos impuros para con alguien o deseé
conscientemente ver o hacer alguna cosa impura?
12. ¿Me entregué conscientemente a placeres sexuales, completos o
incompletos?
13. ¿Fui ocasión de pecado para otros, por usar ropa ajustada,
transparente, corta o de algún modo inmodesta?
14. ¿Hice alguna cosa, deliberadamente o por descuido, que pudiese
provocar pensamientos o deseos impuros en otra persona?
15. ¿Leí libros indecentes o vi figuras obscenas?
16. ¿Vi películas o programas de televisión sugestivos o pornografía en
internet o permití que mis hijos lo vieran?
17. ¿Usé lenguaje indecente o conté historias indecentes?
18. ¿Oí tales historias de buena voluntad?
19. ¿Me jacté de mis pecados o me deleité en recordar pecados antiguos?
20. ¿Estuve en compañías indecentes?
21. ¿Consentí en miradas impuras?
22. ¿Dejé de controlar mi imaginación?
23. ¿Recé inmediatamente para apartar malos pensamientos y
tentaciones?
24. ¿Evité la pereza y la gula, la ociosidad y las ocasiones de impureza?
25. ¿Fui a bailes inmodestos o piezas de teatro indecentes?
26. ¿Me quedé solo sin necesidad, en compañía de alguien del sexo
opuesto?
Note bien: No tenga recelo de confesar al sacerdote, cualquier pecado
impuro que haya cometido. No esconda o intente disfrazarlo. El sacerdote
está ahí para ayudar y perdonar. Nada de lo que pueda decir lo
escandalizará, por eso, no tenga miedo, por más avergonzado que esté.
SETIMO Y DÉCIMO MANDAMIENTO:
No Robarás
No codiciarás los bienes del prójimo
1. ¿Robé alguna cosa, qué y cuánto?
2. ¿Dañé la propiedad de otro?
3. ¿Dejé echar a perder, por negligencia, la propiedad de otro?
4. ¿Fui negligente en guardar dinero o bienes de otros?
5. ¿Hice trampas o defraudé a alguien?
6. ¿Jugué en exceso?
7. ¿Me rehusé a pagar alguna deuda o me descuidé en su pago?
8. ¿Adquirí alguna cosa que sabía que era robada?
9. ¿Dejé de devolver alguna cosa que era prestada?
10. ¿Dañé a mi patrón, no trabajando como se esperaba de mí?
11. ¿Fui deshonesto con los salarios de mis empleados?
12. ¿Rehusé a ayudar a alguien que necesitaba urgentemente de auxilio o
me descuidé en hacerlo?
13. ¿Dejé de restituir lo que robé o obtuve por embuste o fraude?
(pregunte al sacerdote cómo puede restituir, o sea, devolver al legítimo
dueño, lo que le robó?
14. ¿Tuve envidia de alguien por tener lo que no tengo?
15. ¿Codicié los bienes de alguien?
16. ¿He sido avaro?
17. ¿He sido ambicioso y envidioso, dando demasiada importancia a los
bienes y comodidades materiales? ¿O mi corazón se inclina más para
las posesiones terrenas o para los verdaderos tesoros del Cielo?
OCTAVO MANDAMIENTO:
No levantarás falso testimonio contra tu prójimo
1. ¿Mentí a respecto de alguien (calumnia)?
2. ¿Mis mentiras causaron a alguien daños materiales o espirituales?
3. ¿Hice juicios temerarios, respecto a alguien (esto es, creí
firmemente, sin pruebas suficientes, que el prójimo era culpable de
algún defecto moral o crimen)?
4. ¿Dañé el nombre de alguien, revelando faltas auténticas, pero
ocultas (maledicencia, difamación, etc.)
5. ¿Cometí injuria o contumelia, esto es; dañé injustamente la honra del
prójimo en su presencia?
6. ¿Cometí detracción, esto es, dañé injustamente la fama del prójimo
ausente?
7. ¿Revelé los pecados de otra persona?
8. ¿Fui culpado de hacer intrigas (esto es, de contar algunas cosas
desfavorables que alguien dice de otra persona, para crear
enemistad entre ellas)?
9. ¿Di crédito o apoyo a la divulgación de escándalos sobre mi prójimo?
10. ¿Juré en falso o firmé documentos falsos?
11. ¿Soy crítico o negativo sin necesidad o falto a la caridad en mis
conversaciones?
12. ¿Lisonjeé a otras personas, e.g., alabándolas fingidamente, para
obtener así algún provecho?
Las obras de Misericordia, espirituales y corporales
¿Me descuidé de en el cumplimiento de las obras siguientes, cuando las
circunstancias me lo pedían?
Las siete obras de Misericordia espirituales
1 Corregir a los que erran.
2 Enseñar a los ignorantes.
3 Dar buen consejo.
4 Consolar a los tristes.
5 Sufrir con paciencia las debilidades del prójimo.
6 Perdonar las injusticias por amor a Dios.
7 Rogar a Dios por los vivos y por los difuntos.
Las siete obras de Misericordia corporals
1 Dar de comer la que tiene hambre.
2 Dar de beber al que tiene sed.
3 Vestir a que está desnudo.
4 Visitar y rescatar a los cautivos.
5 Dar posada a los peregrinos
6 Visitar a los enfermos.
7 Enterrar a los muertos.
Los siete pecados capitales y las virtudes opuestas
1 Soberbia Humildad
2 Avaricia Liberalidad
3 Lujuria Castidad
4 Ira Paciencia
5 Gula Templanza
6 Envidia Caridad
7 Pereza Diligencia
Los cinco efectos del orgullo
1 Vanagloria a., jactancia b. Sigilo/Duplicidad
2 Ambición
3 Desprecio de otros
4 Ira/Venganza/Resentimiento
5 Testarudez/obstinación
Nueve maneras de ser cómplice del pecado de otro
A ¿Alguna vez hice que otros pecaran?
B ¿Alguna vez cooperé en los pecados de otro?
1 ¿Aconsejando?
2 ¿Mandando?
3 ¿Consintiendo?
4 ¿Provocando?
5 ¿Lisonjeando?
6 ¿Ocultando?
7 ¿Compartiendo?
8 ¿Silenciando?
9 ¿Defendiendo el mal hecho?
Los cuatro pecados que gritan a los Cielos
1 Homicidio voluntario
2 El pecado de sodomía o lesbianismo
3 La opresión de los pobres, huérfanos y viudas
4 No pagar el salario justo a quien trabaja
Los cinco Mandamientos de la Iglesia
1 ¿Participé de la misa entera los domingos o días de guardar?
2 ¿Cumplí el ayuno y la abstinencia los días prescritos y guardé el
ayuno eucarístico?
3 ¿Me confesé por lo menos una vez al año?
4 ¿Recibí la Sagrada Eucaristía por lo menos una vez al año en la
estación de la Pascua de Resurrección?
5 ¿Contribuí, tanto como puedo, para el apoyo de la Iglesia?
Y también:
¿Observé las leyes de la Iglesia sobre el matrimonio, o sea, en
cuanto al matrimonio en presencia de un sacerdote o en el caso de
un matrimonio con un pariente o un no católico?
Las cinco blasfemias contra el Inmaculado Corazón de María
1 ¿Blasfemé contra la Inmaculada Concepción?
2 ¿Blasfemé contra la Virginidad Perpetua de Nuestra Señora?
3 ¿Blasfemé contra la Maternidad Divina de Nuestra Señora?
4 ¿Dejé de reconocer a Nuestra Señora como Madre de todos los
hombres?
5 ¿Intenté públicamente sembrar en los corazones de los niños,
indiferencia o desprecio o así mismo odio, en relación a su Madre
Inmaculada?
6 ¿La ultrajé directamente en Sus santas imágenes?
Finalmente:
Recibí la Sagrada Comunión en estado de pecado mortal? (Este es
un sacrilegio muy grave)
El examen de los pecados veniales de San Antonio María Claret
El alma debe evitar todos los pecados veniales, especialmente los
que abren camino al pecado grave. Oh alma mía, no basta desear
firmemente, antes sufrir la muerte que cometer un pecado grave. Es
necesario tener resolución semejante, en relación al pecado venial.
Quién no encuentra en sí esta voluntad, no puede sentirse seguro.
No hay nada que nos pueda dar tal certeza de salvación eterna de
que una preocupación constante en evitar el pecado venial, por
insignificante que sea, y un celo decidido y general, que alcance
todas las prácticas de la vida espiritual, celo en la oración y en las
relaciones con Dios, celo en la mortificación y en la negación de los
apatitos, celo en obedecer y en renunciar a la propia voluntad, celo
en el amor de Dios y del prójimo. Para alcanzar este celo y
conservarlo, debemos querer firmemente evitar siempre los pecados
veniales, especialmente los siguientes:
1. El pecado de dar entrada en el corazón, cualquier sospecha no
razonable u opinión injusta respecto al prójimo.
2. El pecado de iniciar una conversación sobre los defectos del otro
o de faltar a la caridad de cualquier otra manera, aunque sea
levemente.
3. El pecado de omitir, por pereza, nuestras prácticas espirituales o
de cumplirlas con negligencia voluntaria.
4. El pecado de mantener un afecto desordenado por alguien.
5. El pecado de tener demasiada autoestima por sí mismo o de
demostrar satisfacción vana, por cosas que nos dicen al respecto.
6. El pecado de recibir los Santos Sacramentos de forma
descuidada, con distracciones y otras irreverencias y sin
preparación seria.
7. Impaciencia. Resentimiento, rechazo en aceptar decepciones,
como venidas de la Mano de Dios, porque esto pone obstáculos
en los caminos de los decretos y disposiciones de la divina
Providencia, en cuanto a nosotros.
8. El pecado de proporcionarnos una ocasión que pueda, aunque
remotamente, manchar una condición inmaculada de la santa
pureza.
9. El pecado de esconder a propósito nuestras malas inclinaciones,
flaquezas y mortificaciones auto impuestas, de quién debería
saber de ellas, queriendo seguir el camino de la virtud, de acuerdo
con los caprichos individuales y no según la dirección de la
obediencia. (Nota: Hablase aquí de situaciones en que
encontramos aconsejamiento digno, si lo buscamos, pero
nosotros, a pesar de eso, preferimos seguir nuestras propias
luces, no obstante flojas.
Oración para una buena confesión:
Mi Dios, por causa de mis pecados graves, crucifiqué de nuevo a
tu Divino Hijo y me burlé de El. Por esto soy merecedor de vuestra
cólera y me expongo al fuego del infierno. Y cuánto fui ingrato con
voz, mi Padre del Cielo, que me creaste de la nada, me redimiste
por la preciosísima sangre de Vuestro Hijo y me santificaste por
Vuestros santos Sacramentos y por el Espíritu Santo. Más Vos
me salvaste por Vuestra misericordia, para que yo pudiese hacer
esta confesión. Recibidme, pues, como Vuestro hijo pródigo y
dadme la gracia de una buena confesión, para que pueda
recomenzar a amaros de toso corazón y toda mi alma y para que
pueda, a partir de ahora, cumplir Vuestros Mandamientos y sufrir
con paciencia, los castigos temporales, que puedan caer sobre
mí. Espero, por Vuestra bondad y poder, obtener la vida eterna en
el Paraíso. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
Nota final
Acuérdese de confesar los pecados, con arrepentimiento
sobrenatural, teniendo una resolución firme de no volver a pecar y
de evitar situaciones que lleven al pecado. Pida a su confesor,
que lo ayude a superar, alguna dificultad que tenga en hacer una
buena confesión. Cumpla prontamente su penitencia.
Acto de contrición
Dios mío, porque sois infinitamente bueno y Os amo de todo
corazón, me pesa de haberte ofendido y con el auxilio de Vuestra
divina gracia, propongo firmemente enmendarme y nunca más
Volveros a ofender. Pido y espero, el perdón de mis culpas, por
Vuestra infinita misericordia. Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario